Apuntes para una historia sobre la medicina alternativa en Cuba - IV. Remedios homeopáticos y nosodes

Arnaldo González Arias

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Resumen

En 1866, la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se pronunció en contra de la doctrina homeopática.En el documento publicado, la Academia rechazó la homeopatía como contraria a la razón y a la experiencia estimando que…“[la Academia] no debe descender a la crítica de ningún trabajo que esté basado en los principios de dicha doctrina“. Sin embargo, la homeopatía reapareció oficialmente en Cuba en 1992, cuando el Ministerio de Salud Pública decidió incorporarla como terapia ‘natural o tradicional’, ignorando las evidencias contrarias que en ese momento ya existían en todo el mundo, incluyendo la de los propios académicos cubanos del siglo XIX. En 1993 se autorizó por primera vez a diez médicos del patio y a diez farmacéuticos la prescripción y venta de remedios homeopáticos; los productos homeopáticos se producían en los laboratorios Finlay, en La Habana. A pesar de la total ausencia de evidencias científicas, la gran cantidad de ensayos clínicos modernos que arrojan resultados negativos y la reciente condena de organizaciones políticas como el partido Izquierda Unida de España y la Cámara de los comunes en Reino Unido, aún hay quienes hoy favorecen estos procedimientos y se esfuerzan en promoverlos a costa del erario público. La homeopatía ha cobrado una numerosa cuota de muertes en diversos países; también en Cuba. La población nunca ha sido informada por la prensa oficial del rechazo general por los círculos académicos en todo el mundo, incluyendo los de nuestro país


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