LA UTOPÍA CONSUMADA. INTROSPECCIÓN DE NICOLÁS JOSÉ GUTIÉRREZ EN EL ACTO DE FUNDACIÓN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS NATURALES DE LA HABANA.

Luis Enrique Ramos Guadalupe

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Resumen

El 19 de mayo de 1861 quedó establecida solemnemente la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en acto público que contó con la presencia de las más altas autoridades del gobierno de la Isla. La fecha se había hecho coincidir con la primera solicitación del real consentimiento para crear una academia médica (1), instancia suscrita en 1826 por un galeno de 25 años, entonces recién graduado: Nicolás José Gutiérrez Hernández, ahora electo Presidente fundador.
Llegado el momento, fueron arribando a la antigua capilla del convento de Santo Domingo los invitados a la ceremonia.
Mientras, entre los sólidos murales del recinto, transcurrían los minutos previos dilatándose en una profusión de saludos circunspectos. Un leve murmullo velaba —quizás— más de un comentario en torno a las
expectativas de la nueva institución. ¡Tantos buenos proyectos habían fracasado en Cuba, y tantos obstáculos se habían opuesto a este!, que el propósito de crear, hacer actuar y sostener una academia de ciencias parecía, aún entonces, una verdadera utopía.
No sería posible develar a punto fijo el pensamiento de Nicolás José Gutiérrez aquel
domingo de 1861, e intuir cuánto de júbilo y satisfacción, incertidumbre o esperanza se
imbricaban en el hombre de 60 años que veía uno de sus más caros sueños a punto de
realizarse. Con todo, la lectura de su discurso nos permitirá entrever algunas de las ideas y emociones que lo embargaban.


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