CIENCIAS BIOMÉDICAS
Artículo de revisión
Cuidados de las personas con demencia durante la COVID-19
Care taking of people with dementia during the pandemic of COVID-19
Juan de Jesús Llibre Rodríguez¹*
https://orcid.org/0000-0002-8215-3160
Raúl
Gutiérrez Herrera²
https://orcid.org/0000-0002-1320-6214
Tania
Zayas Llerena 3
https://orcid.org/0000-0002-2734-321x
¹
Facultad de Ciencias Médicas Finlay-Albarrán. Universidad de Ciencias
Médicas de La Habana, Cuba
²
Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey. Nuevo León,
México
3
Facultad de Ciencias Médicas Finlay-Albarrán. Universidad
de Ciencias Médicas de La Habana, Cuba
*Autor para la correspondencia: mguerra@infomed.sld.cu
RESUMEN
En el mundo 50 millones de personas viven con demencia. El 10 % de las personas de 65 años y más, aproximadamente, 170 000 personas, que representan el 1,3 % de la población cubana, viven con demencia, fundamentalmente enfermedad de Alzheimer. El objetivo de la presente revisión es ofrecer información acerca del impacto de la COVID-19 en uno de los grupos más vulnerables de la población, las personas con demencias y ofrecer recomendaciones útiles a los profesionales de la salud, las familias y los cuidadores. Con este propósito se realizó una revisión de la literatura sobre el tema publicada entre el 10 de enero y el 30 de julio del 2020, que incluyó las bases de datos (PubMed/MEDLINE, EMBASE Lilacs, Scielo, y Cochrane Central, utilizando los términos “Alzheimer”, OR “demencia”, OR “envejecimiento” AND “COVID-19”, AND “coronavirus” and pandemia”.
Palabras clave: demencia; enfermedad de Alzheimer; COVID-19; cuidados
ABSTRACT
In Cuba, 10 % of people aged 65 years and over are living with dementia, mainly Alzheimer's disease. The aim of this review is to provide information about the impact of COVID 19 on one of the most vulnerable groups in the population, people with dementia, and to provide useful recommendations to healthcare professionals, families and caregivers. The search was run in august 2020 of the literature on the subject published between January 10 and July 30, 2020, which included the databases (PubMed / MEDLINE, EMBASE, Lilacs, SciELO and Cochrane CENTRAL, using the terms “Alzheimer”, OR “ dementia ”, OR “aging” AND “COVID-19”, AND “Coronavirus” and pandemia”.
Keywords: dementia; Alzheimer's disease; COVID-19; care
INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS), notificó por primera vez la existencia del SARS-CoV-2 coronavirus (COVID-19), en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. (1) Esta pandemia se ha extendido, aceleradamente a 186 países en los cinco continentes con consecuencias dramáticas para las personas. Cuba no ha sido la excepción. Según el informe del Ministerio de Salud Pública del pasado 12 de agosto, se reportaban 3174 casos confirmados por COVID-19, 2525 altas médicas y desafortunadamente 88 fallecidos para una letalidad de 2,81 %. (2)
Como la COVID-19 es una enfermedad viral nueva, representa un problema de salud sin precedentes en el presente siglo por su alta transmisibilidad y rápida expansión para todas las personas, incluidas las personas que viven con demencia, sus familias y los cuidadores, en todo el mundo.
Las demencias y su causa más frecuente, la enfermedad de Alzheimer, constituyen el mayor reto para la salud y los cuidados de las personas mayores en el siglo XXI. En el mundo se estiman que viven 50 millones de personas con demencia, constituyendo la primera causa de discapacidad en adultos mayores, y la mayor contribuyente de dependencia, necesidades de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador. (3)
La severidad y la mortalidad por la (COVID-19) se incrementan con la edad, en particular en las personas mayores(4) y con las enfermedades preexistentes tales como hipertensión arterial, diabetes, cardiopatía y enfermedad pulmonar obstructiva crónica entre otras (5) y por tanto el riesgo se incrementa en las personas con demencia. Según los certificados de defunción en el Reino Unido, la demencia y la enfermedad de Alzheimer fueron las causas subyacentes más comunes de muerte, especificadas en 11 950 fallecidos (25,6 % de todas las muertes por COVID-19 entre marzo y mayo del 2020), proporción aún mayor en residentes en hogares de ancianos, presente en un 49,5 % de los fallecidos. (6).
En esta situación, el tema del cuidado de las personas que viven con demencia viene a ser un referente importante en un momento crucial, como el que estamos viviendo, para quienes han perdido la capacidad de entender la pandemia del coronavirus y sus consecuencias en lo cotidiano y para las personas que los cuidan. En Cuba se trata de una cantidad considerable de personas, se estima que el 10 % de las personas de 65 años y más, es decir, 170 000 personas, que representan 1,3 % de la población cubana, padecen algún tipo de demencias, fundamentalmente enfermedad de Alzheimer y la mayoría de ellas vive en sus casas con familiares.(7)
El objetivo de la presente revisión es ofrecer información acerca del impacto de la COVID 19 en uno de los grupos más vulnerables de la población, las personas con demencias y ofrecer recomendaciones útiles a los profesionales de la salud, las familias y los cuidadores. Con este propósito se realizó una revisión de la literatura sobre el tema publicada entre el 10 de enero y el 30 de julio del 2020, que incluyó las bases de datos (PubMed/MEDLINE, EMBASE Lilacs, Scielo y Cochrane Central, así como los sitios web: https://www.coronavirus.gov, y https://www.nih.gov/coronavirus, utilizando los términos “Alzheimer”, OR “demencia”, OR “envejecimiento” AND “COVID-19”, AND “Coronavirus” and pandemia”.
DESARROLLO
Las personas con demencia durante la pandemia
La experiencia en China, mostró que durante la pandemia las personas con demencias, incluso con demencias leves, han tenido dificultades para adaptarse a los cambios en su rutina causados por el aislamiento social y las restricciones para salir de su casa. Esta situación les ha provocado más desorientación, alteraciones en el sueño y cambios conductuales, tales como mayor ansiedad y agitación.(8) Además, quienes los acompañan o sus cuidadores se han sentido más sobrecargados y sufren mayor estrés. En nuestro país una alta proporción de los cuidadores cruciales son mujeres, de edad avanzada y con enfermedades asociadas, que están a su vez en el grupo más vulnerable.(9)
Es bien conocido, que el aislamiento social en las personas mayores constituye una seria preocupación para los sistemas de salud, debido al riesgo de incremento de eventos cardiovasculares, autoinmunes, neurocognitivos y para la salud mental.
Diversos estudios han demostrado que el aislamiento social incrementa el riesgo de ansiedad y depresión. (10,11) Si bien esto es cierto, el aislamiento social, y el hecho de que las familias en ocasiones extensas estén conviviendo juntas puede ser útil para que estos comprendan la carga que recae en los cuidadores de personas mayores dependientes, muchos de los cuales son personas con demencia y que estos reciban un mayor apoyo.
Debido al propio deterioro cognitivo las personas con demencia tienen mayor riesgo de exposición a la COVID-19. Las dificultades de la memoria hacen difícil comprender y seguir las orientaciones que reciben. Por ejemplo, pueden tener dificultades para entender instrucciones acerca del distanciamiento social (permanecer a dos metros de distancia de otros), o el lavado de las manos y otras medidas de higiene, restricciones para salir fuera de la casa o las razones para utilizar un nasobuco (mascarilla) y en general de las precauciones recomendadas para prevenir la enfermedad.
Estos síntomas, conductuales en ocasiones, pueden incrementar el riesgo no solo para ellos mismos, sino también para sus familias y los cuidadores. Estamos observando con frecuencia en las consultas que realizan los familiares, el síndrome del crepúsculo o “sundowning” que se presenta al atardecer o primeras horas de la noche.(12) En este horario, en las personas con demencia, se incrementa o aparece intranquilidad, agitación, irritabilidad o confusión, y en este horario es frecuente que los cuidadores estén agotados por el avance del día. Si el cuadro se mantiene, las personas y sus cuidadores tendrán trastornos del sueño y dificultades en su desempeño al día siguiente.
Un problema adicional es que, en pacientes con demencia, las manifestaciones neurológicas más comunes de la COVID-19 (anosmia, ageusia, cefalea, o complicaciones como el ictus, el estado confusional, las crisis epilépticas y la encefalopatía)(13) pueden pasar inadvertidas, no diagnosticadas o prestarse a confusión en su diagnóstico. Más aún, factores de riesgo que se asocian al delirium o estado confusional están presentes con frecuencia en las personas con demencia, particularmente con el avance de la enfermedad, entre estos, edad avanzada, comorbilidad, predisposición a infecciones, fragilidad, pobre actividad funcional y dependencia y finalmente malnutrición. Por otra parte, la exacerbación de los síntomas conductuales, la confusión y el delirium, incrementan el riesgo de hospitalización de las personas con demencia y su exposición a la COVID-19 (14).
A lo anterior se añade la disminución de los ingresos económicos para las familias. En nuestro país, más de medio millón de personas mayores viven solas, que representa un 22,5 % de personas mayores solas, (15) ello impone un estrés adicional y afectación de su salud mental
Como el 70 % de los cuidadores son las esposas, ello incrementa el riesgo de infección de estas. No debemos olvidar que una proporción importante, que alcanza el 40 % de las personas que viven en hogares de ancianos son personas con deterioro cognitivo, ello incrementa también el riesgo en estas instituciones. (9)
Recomendaciones a los cuidadores de personas con demencias
Los cuidadores de personas que viven con Alzheimer u otras formas de demencias deben seguir las orientaciones del Ministerio de Salud Pública y considerar los siguientes consejos:
La situación es de particular interés en los hogares de ancianos, donde una proporción importante de los institucionalizados son personas con demencia y donde en muchos países han ocurrido un número importante de hospitalizaciones y muertes por COVID-19,(16-18) que reportan más de la mitad de los residentes ingresados en los hospitales. El número de personas que conviven en hogares de ancianos, hace que la infección de un individuo por COVID-19, se convierta en un evento de proporciones mayores que en los hogares individuales. En Cuba, un conjunto de medidas tomadas por el Ministerio de Salud Pública y la labor del personal médico, de enfermería y el resto de los trabajadores han sido responsables del bajo número de enfermos y de fallecidos por COVID-19, muy distante de lo ocurrido en otros países.
Oportunidades para el éxito y recomendaciones durante la pandemia de la COVID-19
Cuba acumula numerosas fortalezas que incluyen entre otras su sistema nacional de salud, con una atención primaria que alcanza el 100 % de su población, la preparación de sus recursos humanos, las experiencias previas en el enfrentamiento a otras epidemias que incluyen el Dengue, Zika y Chikungunya, su potencial científico y la colaboración estrecha e interactiva entre los científicos y el Gobierno.(19)
Algunas recomendaciones generales en relación con la salud mental de las personas mayores y en particular a las personas con demencia y sus familias se resumen a continuación: (20)
El último reporte de la Comision Lancet sobre prevención, intervención y cuidados en demencia(22) expresó su preocupación en relación con la enfermedad y el distanciamiento social, el cual pudiera incrementar el estrés de las familias y los cuidadores, sentimientos de soledad, síntomas neuropsiquiátricos y la utilización de neurolépticos y otros medicamentos psicotrópicos y conducir a complicaciones incluido el desarrollo futuro de demencia en personas mayores sin deterioro cognitivo aparente.
Hoy la urgencia es contener la pandemia y actuar para minimizar la magnitud del daño y sufrimiento, atendiendo a las necesidades de los más vulnerables. Del esfuerzo del Estado, el personal de la salud, los científicos y la sociedad en su conjunto dependerá regresar a nuestra vida normal, incluyendo a aquellos que no pueden recordar.
La experiencia cubana de enfrentamiento a la COVID-19 confirma las grandes oportunidades que ofrece la colaboración estrecha e interactiva entre los científicos y el Gobierno. (19)
El bienestar de muchos enfermos durante esta pandemia dependerá, por un lado, de la capacidad de sus cuidadores para buscar información que les ayude a enfrentar la cuarentena con sus propios medios y, por otro, de que existan iniciativas para facilitar el acceso a dicha información y a otro tipo de apoyo.
En relación con las demencias la investigación futura necesita dar respuesta y permitir una mejor comprensión del impacto de la actual pandemia en las personas con demencias, sus familias, las personas que cuidan y la sociedad en su conjunto.
Algunas de las interrogantes por responder incluyen:
Conclusiones
El impacto global y en nuestro país de la COVID-19 no tiene precedentes, particularmente en grupos vulnerables como las personas que viven con demencia, sus familias y los cuidadores. La necesaria información y capacitación a los profesionales de la salud, en la atención y seguimiento particularizado a las personas que viven con demencia y en el apoyo a las familias utilizando las tecnología disponibles y profundizar en la investigación de las consecuencias futuras de la pandemia constituyen una necesidad urgente en este esfuerzo colectivo por minimizar uno de los mayores desafíos del presente siglo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recibido:
16/08/2020
Aprobado:
07/11/2020