CIENCIAS BIOMÉDICAS
Artículo original de investigación
Las diatribas del jardinero cirujano Hamilton Naki, víctima del apartheid, pionero del trasplante cardíaco
The diatribes of gardening surgeon Hamilton Naki, an apartheid victim who pioneered heart transplantation
Ricardo Hodelín Tablada1*
http://orcid.org/0000-0001-8619-0914
Rafael
Domínguez Peña1
http://orcid.org/0000-0003-3085-3322
Damaris
Fuentes Pelier2
https://orcid.org/0000-0003-1053-2118
1Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Saturnino
Lora. Santiago de Cuba, Cuba
2Hospital
General Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso. Santiago de Cuba, Cuba
*Autor para la correspondencia: rht@infomed.sld.cu y rhodelintablada@gmail.com
RESUMEN
Introducción:
El primer trasplante cardíaco entre humanos se realizó
el 3 de diciembre de 1967 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. La historiografía
médica y la prensa le dieron todos los créditos a un médico
de piel blanca, el doctor Christiaan Neethling Barnard. Otro protagonista de
esta épica intervención quirúrgica, Hamilton Naki quien
con manos expertas fue el encargado de extraer el corazón de la fallecida,
no fue reseñado.
Métodos:
Se siguió una metodología cualitativa, utilizando como métodos
teóricos el histórico-lógico y el análisis documental.
Se consultó información relevante sobre Hamilton Naki en fuentes
primarias, secundarias y terciarias. Se revisaron los artículos relacionados
con el tema de la investigación, publicados en los últimos 10
años, en revistas indizadas en el Index Medicus.
Resultados:
Hamilton Naki nació el 26 de junio de 1926 en Ngcingane, una aldea pobre
cerca de Centani, perteneciente al protectorado británico en Transkei;
uno de los futuros bantustanes creados a la fuerza por el apartheid
sudafricano. Por su elevada responsabilidad y perseverancia Naki desarrolló
habilidades que le granjearon puestos de responsabilidad, así formó
equipo con los médicos. Él tuvo que enfrentar múltiples
diatribas para que su trabajo fuera reconocido.
Conclusiones:
Hamilton Naki, por su condición de negro en un país donde imperaban
las reglas del apartheid tuvo que conformarse con el anonimato. Con
recia voluntad se convirtió de jardinero en técnico hasta llegar
a cirujano, pionero del trasplante cardíaco. Se rinde tributo al ilustre
científico en el 15 aniversario de su fallecimiento.
Palabras clave: apartheid; Cristiaan Barnard; donante de órganos; Hamilton Naki; trasplante cardiaco
ABSTRACT
Introduction:
The first human-to-human heart transplant was performed on December
3, 1967 in Cape Town, South Africa. Medical historiography and the press gave
full credit to a white-skinned physician: Dr. Christiaan Neethling Barnard.
Another protagonist of this epic surgery, Hamilton Naki who, with expert hands,
was in charge of extracting the heart of the deceased was not reviewed.
Methods:
A qualitative methodology was followed, using historical-logical and
documentary analysis as theoretical methods. Relevant information about Hamilton
Naki was consulted in primary, secondary and tertiary sources. Articles related
to the research topic, published in magazines indexed in Index Medicus over
the last 10 years, were reviewed.
Results:
Hamilton Naki was born on June 26, 1926, in Ngcingane, a poor village
near Centani in the British Transkei Protectorate, one of the future Bantustans
forcibly created by South African apartheid. Because of his high responsibility
and perseverance, Naki developed skills that earned him positions of responsibility,
so he teamed up with doctors. He had to face multiple diatribes in order to
have his work recognized.
Conclusions:
Because he was black in a country where the rules of apartheid prevailed,
Hamilton Naki had to settle for anonymity. With a strong will, he became a surgeon,
a pioneer in heart transplantation. A tribute is paid to the illustrious scientist
on the 15th anniversary of his death.
Key words: apartheid; Cristiaan Barnard; organ donor; Hamilton Naki; heart transplant
INTRODUCCIÓN
El 3 de diciembre de 1967 se erigió como un día excepcional para las Ciencias Médicas al circular por el mundo la noticia del primer trasplante cardíaco entre humanos, hasta esa fecha ningún procedimiento quirúrgico había generado tanta publicidad médica y del público en general. (1) Mayor fue la expectativa al conocerse que dicho suceso se había realizado en el continente africano, exactamente en el cono sur, en la Ciudad del Cabo, perteneciente a Sudáfrica.
Un día antes Denise Darvall, en compañía de su mamá, fue atropellada por un automóvil, recibió un traumatismo craneoencefálico grave que la llevó a la muerte encefálica. Denise, de 25 años, pasó a ser el primer ser humano cuyo corazón latió en dos personas diferentes, toda la vida dentro de su cuerpo y 18 días en el organismo del comerciante Louis Washkansky, paciente diabético, fumador, que con 56 años, estaba a punto de morir por una insuficiencia cardíaca.
La historiografía médica y la prensa le dieron todos los créditos a un médico de piel blanca, el doctor Christiaan Neethling Barnard (1922-2001), graduado de cirujano torácico en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y entrenado en trasplantes renales con David Hume, en la Universidad Médica de Virginia, también del país norteño.(2) Al regresar a Sudáfrica, Barnard lideró el equipo de 20 profesionales, entre cirujanos y otros especialistas, técnicos y paramédicos, que realizó con éxito, en el Hospital Groote Schuur, el primer trasplante cardíaco. Otro protagonista de esta épica intervención quirúrgica, Hamilton Naki quien con manos expertas fue el encargado de extraer el corazón de la fallecida, no fue reseñado. Él por su condición de negro en un país donde imperaban las reglas del apartheid tuvo que conformarse con el anonimato.
Este artículo tiene como objetivos exponer detalles sobre las diatribas sufridas por Hamilton Naki en su trayectoria inicial como jardinero y luego técnico hasta convertirse en cirujano, pionero del trasplante cardíaco; así como rendirle merecido tributo en el 15 aniversario de su fallecimiento.
METÓDOS
Para el desarrollo de la investigación se siguió una metodología cualitativa, utilizando como métodos teóricos: el histórico-lógico y el análisis documental. Se consultó información relevante sobre Hamilton Naki en fuentes primarias, secundarias y terciarias. Se revisaron los artículos relacionados con el tema de la investigación, publicados en los últimos 10 años, en revistas indizadas en el Index Medicus. Otros artículos de años precedentes con interés puntual sobre el tema también fueron estudiados.
Se consultaron las bases de datos internacionales: MEDLINE, EBSCO, HINARI, COCHRANE, navegadores como Google Académico, así como los datos de la Red Latinoamericana de Información en Ciencias de la Salud: LILACS, REPIDISCA, ADOLEC, LEYES, SeCS y sitios web. Se revisaron las bases de datos bibliográficas nacionales más importantes: CUMED, SACU, SeCiMed. La estrategia usada se basó en combinación de palabras clave como: “Hamilton”, “Naki”, “Christiaan Barnard”; con límites en: idiomas español, inglés, francés y alemán; con abstract o full text free.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El apartheid
Antes de adentrarnos en el análisis de las injurias ocasionadas a Hamilton veamos el escenario político social del país en que ocurrieron los hechos. El apartheid fue un sistema de segregación racial implantado en la República de Sudáfrica y Namibia (entonces parte de Sudáfrica) entre los años 1948 y 1992, fue llamado así porque el término en lengua afrikáans -variante sudafricana del holandés-(3) significa ‘separación’. Básicamente este sistema consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo para los diferentes grupos raciales, con el poder exclusivo de lo que consideraba la raza blanca. Su propósito era conservar el poder para la minoría blanca.
En 1947 el radical Partido Nacionalista ganó las elecciones en una coalición con el Partido Afrikáans, oponiéndose a los candidatos más liberales que contaban con apoyo británico. Al año siguiente esta discriminación racial de los afrikáner hacia la población negra empezó a tomar forma jurídica al ser promulgada por leyes del estado y se formalizó oficialmente.(4) En teoría se planteaba que con la división de los diferentes grupos raciales se promovía el “desarrollo”. La clasificación racial se hacía de acuerdo con la apariencia, la aceptación social o la ascendencia. (4)
La inadecuada organización social del apartheid trascendió al sistema de salud, donde la mortalidad infantil para la población blanca era de 21,1 por 1 000 nacidos vivos, equiparable para la época a los países del primer mundo, mientras que para la población negra era de 136,2 por 1 000 nacidos vivos. (5) En un estudio de supervivencia, realizado por Mechanic -citado por López Valdés-(5) se demostró que solo la mitad de los hijos de madres negras superaban más de cinco años de edad. Asimismo, se reportaba un médico por cada 450 blancos y 18 000 negros. (5)
El Congreso Nacional Africano dirigido por Nelson Mandela, lideró la lucha contra el apartheid. (6) En el ámbito internacional esta política fue criticada y dio lugar a diversas sanciones económicas y de aislamiento por parte de numerosos países, y ratificada por instancias internacionales. A pesar de lo anterior se mantuvo por más de 40 años y culminó con la llegada al poder de Mandela, que había pasado 27 años en la cárcel. En este contexto, víctima del apartheid, vivió Hamilton Naki, un hombre negro que con recia voluntad llegó a ser pionero del trasplante cardíaco.
Los primeros años
Hamilton Naki nació el 26 de junio de 1926 en Ngcingane, (7-12) una aldea pobre cerca de Centani, perteneciente al protectorado británico en Transkei; uno de los futuros bantustanes creados a la fuerza por el apartheid sudafricano. Este territorio era rico en recursos naturales, pero con una enorme población negra discriminada y sometida a formas de explotación medievales. Tuvo padres preocupados y suerte, ya que pudo ir a la escuela donde aprendió a leer, a escribir y algunos rudimentos de matemáticas. No era mucho pero sí lo suficiente para que sintiera el impulso de buscar mejores horizontes en Cape Tow, la moderna ciudad del Cabo de Buena esperanza. (7)
Concluyó la escuela primaria en esa localidad y a los 14 años, (7,12) se trasladó a la Ciudad del Cabo en busca de trabajo. D’Ottavio Callegari et al, (9) así como Cotton et al (13) y López-Valdés(5) consideran que su traslado fue a los 18 años. En esto también fue afortunado, pues después de 1946 las leyes raciales impedirían que un negro pudiera viajar de una ciudad a otra y mucho menos desde un batustán. (7) En Ciudad del Cabo, sobrevivió como pudo hasta que después de tocar varias puertas, logró conseguir trabajo en la Universidad de la ciudad sureña, en una plaza como jardinero, puesto realmente codiciado para un negro. Allí se ocupó durante 10 años de cuidar el césped en las canchas de tenis y en los jardines de la institución. (14,15)
La tragedia de Denise Darvall
El 2 de diciembre de 1967 la familia Darvall, compuesta por Edward, Myrtle y sus hijos Denise y Keith se dirigían a Milnerton, viajaban en un Ford Anglia, color verde, con la intención de tomar el té de la tarde. Ellos pensaron trasladarse por la autopista, luego se decidieron por la ruta de Main Road Avenue. A mediación de cuadra el auto se detuvo y Denise, joven oficinista, junto a su madre, fueron a comprar rosquillas a la panadería Coppenberg. (16) En ese instante, Frederick Prins, que -en estado de embriaguez alcohólica- conducía un camión atropelló ambas mujeres, la madre murió al instante y la hija sufrió un traumatismo craneoencefálico grave.
Atendida de urgencia en el Hospital Groote Schuur los especialistas diagnosticaron que se encontraba en muerte encefálica, lo que significaba que estaba muerta, a pesar de que su corazón latía. El doctor Coert Venter, médico de guardia, fue el encargado de llamar por teléfono a Christiaan Barnard, su mensaje fue escueto: “Hemos encontrado al fin un donante”. (16) Le correspondió entonces a Barnard explicarle al padre de Denise la triste realidad, y además le solicitó su consentimiento informado para que donara los órganos para trasplantes, a lo cual accedió Edward Darvall. Aceptada su petición, Barnard llamó con urgencia al único asistente del que no podría prescindir: Hamilton Naki. (16)
Luego se localizaron a todos los miembros del equipo que se encargaría de la intervención quirúrgica, se trataba de un momento histórico para el cual se habían preparado con años de anterioridad. Es interesante que al explicarle Barnard a Ann Wahkansky, esposa del enfermo que sería el receptor, las posibles complicaciones de la operación, ésta le confesó que ella había sido testigo del accidente. Ann regresaba agotada del hospital, de una jornada de cuidados a su esposo, y presenció el trágico acontecimiento sufrido por Denise Darvall. (16)
El jardinero devenido cirujano eminente
Hamilton Naki vivía en una barraca, sin luz eléctrica ni agua corriente, localizada en un gueto de la periferia de la ciudad. (15,17) En 1954 fue seleccionado para ayudar al doctor Robert Hans Goetz, que hacía investigaciones con animales de laboratorio. Goetz, médico judío que había escapado de la Alemania nazi, no solo reconoció las habilidades de Naki, sino que simpatizó con los marginados. (5,7,12,18)
El primer encuentro entre ambos sucedió cuando Goetz le pidió al jardinero que le ayudara a sostener una jirafa que intentaba operar. El galeno quería hacer una disección de venas yugulares para estudiar la estructura y función de las válvulas, y así entender por qué el mamífero, de cuello tan largo, no se desmayaba al inclinar la cabeza para beber agua. (18) Naki sorprendió gratamente al especialista alemán por sus capacidades manuales.
Ya en el laboratorio primero limpiaba la jaula de los perros y los cerdos con los que se experimentaba, luego aguantaba a los animales, después los anestesiaba; más tarde se hizo cargo de los cuidados postoperatorios y suministros de medicamentos, hasta que terminó operándolos. Así pues, trasplantó órganos en mandriles, cerdos, perros, conejos y pollos. (12,13,15) Goetz, afirmaría años después, que Naki lo ayudó en su primer trasplante cardiaco hecho en dos perros anestesiados por Gershon Efron y Arthur Bull. (9) Con el tiempo el joven bantú se ganó un reconocimiento especial por los trasplantes de hígado que realizaba en cerdos con asombrosa maestría (figura 1). (16,19)
Fig. 1. Hamilton Naki en el laboratorio (el último de izquierda
a derecha). Fuente: Cotton M, Hickman R, Mall AS. Hamilton Naki, his life and
his role in the first heart transplant. Ann R Coll Surg Engl (Suppl)
2014; 96:224-227.
Por su elevada responsabilidad y perseverancia Naki desarrolló habilidades
que le granjearon puestos de responsabilidad, así formó equipo
con los médicos, a partir de la mera observación, según
explicaba él mismo, “yo robé con mis ojos”. (5,13)
En consecuencia se consagró como un experto cirujano de manos precisas
y firmes, aunque solo conocido para los que compartían quirófano
con él, (5) de cara a la ley era el jardinero. (6)
Después de la partida de Goetz hacia Nueva York el laboratorio creado por él permaneció poco activo. En los Estados Unidos el ingenioso alemán llevaría a cabo el primer bypass exitoso en arteria coronaria humana e inventaría el balón de contrapulsación aórtica. (9) Naki mantuvo su preparación autodidacta, limpiaba con esmero el laboratorio y utilizaba la hora de almuerzo para leer la biblia a los desposeídos en el cementerio local y para advertirles sobre lo nocivo del alcohol y la marihuana. (8)
En 1958 Barnard, después de su formación en la Universidad de Minnesota, regresó al Hospital Groote Schuur como cirujano cardiovascular. Allí rehabilitó el laboratorio de cirugía experimental e inmediatamente descubrió las habilidades de Naki y le pidió que se uniera a su equipo de transplantes. (13) El hospital dio permiso, pero no sin antes aconsejar a Naki que mantuviera su papel en secreto porque él era negro, y las leyes del apartheid le prohibían cortar carne blanca o tratar con sangre blanca. Durante 50 años, los registros institucionales lo catalogaron como jardinero, (18) a pesar de que le pagaban salario como técnico superior de laboratorio, el máximo que el hospital podía pagar a un negro. (12,18)
Es justo subrayar que Naki no fue el único colaborador negro de Christiaan Barnard y su hermano Marius, pues además estaban Victor Pick, Prescott Madlingozi y Lindela Mntoninitshi, pero ninguno alcanzó las virtudes del jardinero. Barnard inicialmente lo responsabilizó con la esterilización y cuidado del instrumental quirúrgico, luego con toda la preparación preoperatoria, tareas que Naki desarrolló con destreza y rapidez; a los que se añaden sus conocimientos sobre nombres anatómicos y anomalías congénitas, adquiridos en la práctica con Roseman Hickman, así paulatinamente llegó a convertirse en el principal y más veterano asistente quirúrgico del grupo. (9)
Por diferencias con un cirujano francés, bastante exigente, que trabajaba como visitante en el bioterio, Naki decidió mudarse a un pequeño laboratorio, cerca de la oficina de Barnard. (13) Poco tiempo después, Victor Pick, falleció en un accidente de tránsito, Naki fue llamado nuevamente a su antiguo laboratorio y regresó con gusto al sitio donde realmente había crecido desde jardinero a técnico y a cirujano brillante (figura 2).
Fig. 2. Hamilton Naki con ropa de cirujano Fuente: D’Ottavio
Callegari GE, D’Ottavio Callegari ME, D’Ottavio Cattani AE. El carpintero
estadounidense y el jardinero africano: vidas paralelas en la Medicina y el
Cine. Rev Med Cine 2006; 2:133-137.
Los que pudieron observar los procederes de Naki se asombraban por su magistral
delicadeza para suturar pequeños vasos sanguíneos y realizar anastomosis
quirúrgicas. (18,19)
En cierta ocasión, Russell Claude Brock (más tarde Lord Brock de Wimbledon), el famoso cirujano cardíaco líder del Guy’s Hospital, fue invitado por Barnard para mostrarle el avance de sus investigaciones. Claude preguntó por la calificación de Naki y se sorprendió al saber que no tenía ninguna formación académica. (13) En concordancia con todo lo anterior, Barnard comenzó a utilizarlo como su anestesiólogo y, más tarde, como su primer ayudante. Naki se convirtió en la mano derecha de Barnard, hecho que se volvió más relevante a partir de que el cirujano blanco comenzó a padecer de artritis reumatoidea. (5)
La noche del 2 de diciembre, después que el padre otorgó su consentimiento informado, el cuerpo de la occisa fue puesto en manos de Hamilton Naki quien extrajo su corazón y se lo dio a Christiaan Barnard, el cual, en otro quirófano, preparaba al receptor.(5) El procedimiento quirúrgico completo, inscrito en la historiografía médica como el primer trasplante cardíaco, duró 9 horas;(2) el 3 de diciembre la noticia recorrió el mundo y el día 5 la revista Life anunciaba en su portada el siguiente titular: “Regalo de un corazón humano”.(20)
Debido a la naturaleza dramática del acto, así como al temperamento carismático de Barnard, el galeno se trasformó en una personalidad instantánea; nadie conoció a Naki, quien entonces tenía 41 años; el delito que lo condenó al ostracismo fue ser negro en la Sudáfrica del apartheid. En este tipo de intervención quirúrgica donde participan un donante y un receptor el éxito del proceder depende, en gran medida, de la calidad con que se realice el proceso de extracción del órgano del donante, de aquí la importancia de la operación realizada por Naki lo cual engrandece su figura. En consecuencia, defendemos que Naki debe ser considerado pionero del trasplante cardíaco.
En aquella época la contribución de Hamilton Naki, fue un acto proscrito, considerándolo inadecuado; era una ofensa criminal bajo las leyes del apartheid que le prohibían cortar carne blanca o tocar sangre de ciudadanos blancos. Cuando por descuido en alguna fotografía publicitaria Naki aparecía junto a Barnard, las autoridades hospitalarias se apresuraban en declarar que se trataba de un jardinero sonriente. (5,8,18) Años después, sin ningún rencor, diría al respecto: “Si hubieran publicado mi fotografía, habrían ido a la cárcel. Así eran las cosas en aquel entonces”. (1,19)
Un hecho menos conocido es que al mismo tiempo que se extirpaba el corazón del donante otro equipo de cirujanos extraía el riñón derecho para ser transportado velozmente hacia otro hospital ubicado a más de 30 kilómetros de distancia, donde lo esperaba un niño de diez años. El dato, de poca relevancia en el contexto del primer trasplante cardíaco exitoso en humanos, significó la posibilidad de efectuar extracciones multiorgánicas y practicar trasplantes a distancia. (20)
Otro mérito de Naki estuvo relacionado con la formación de cientos de cirujanos que acudieron a Ciudad del Cabo para estudiar con Barnard,(8) por su trato afable y sus conocimientos profundos, los estudiantes le llamaban “el padre cirujano”.(19) Desde su aparente puesto de jardinero o técnico de laboratorio participó en la educación de más de 3 000 cirujanos, así como en múltiples ponencias dentro de la universidad.(5,8,21) Sus discípulos llegaron a ser profesores de cirugía y jefes de departamento en lugares tan lejanos como Tokio y Tennessee.(13)
Naki era puntual, el primero en llegar al laboratorio, vestía pulcramente con bata blanca de médico (ver figura 3); era comprensible con el personal extranjero que no tenía el inglés como lengua materna, y siempre estaba dispuesto -con sus dedos grandes pero ágiles- a demostrar, a otros, los intrincados procedimientos quirúrgicos que había aprendido.(13) Después del primer trasplante cardíaco continuó su trabajo por más de 25 años, sobre todo con los profesores Rosemary Hickman y Ralph Kirsch, y con el doctor Del Khan en la puesta a punto de los trasplantes hepáticos.(7)
Fig. 3. Hamilton Naki vestido con bata blanca de médico. Fuente:
Cotton M, Hickman R, Mall AS. Hamilton Naki, his life and his role in the first
heart transplant. Ann R Coll Surg Engl (Suppl) 2014; 96:224-227.
La polémica
Es válido señalar que la presencia de Naki en el primer trasplante cardíaco ha sido cuestionada. La polémica comenzó por un obituario divulgado en el número 330 de la revista British Medical Journal (BMJ) el 23 de junio de 2005, firmado por Caroline Richmand. (22) En el volumen siguiente, 331, publicado el 3 de septiembre, David M Dent, objetó el texto y aseguró que el obituario había sido históricamente inexacto pues “Naki no participó en el primer trasplante de corazón, nunca operaba en humanos ni trabajaba en el Hospital Groote Schuur”. (23)
En el mismo compendio Mike Ebdy, médico de cabecera del jardinero, comentó que “Naki no parecía ser un hombre presumido, y si esta historia de que participó en la primera operación de trasplante de corazón es falsa, parece extraño que aparezcan exageraciones después de su muerte. La entrevista de Pereira insinúa que Naki efectuó la cirugía (…)”. (24) Se trataba de Erlick AC Pereira, joven británico, quien durante su carrera como estudiante de Medicina entrevistó a Naki, y luego en el 2004 publicó la entrevista. (25)
Asimismo, Caroline Richmond replicó, (26) en su condición de autora del obituario criticado. Ella aceptó que se había basado en fuentes secundarias pues ya Barnard y Naki estaban muertos y era poco probable encontrar a sus antiguos colegas, pero que en una entrevista dada por Naki al corresponsal de la BBC de Londres en Ciudad del Cabo, Alastair Leithead, el jardinero aseguró su participación. De igual modo argumentó que la revista The Economist había dado a conocer un obituario el 11 de junio, (27) 12 días antes del suyo que originó la polémica, el cual fue ampliamente respetado por la exactitud de sus informes donde se afirmaba que Naki diseccionó el corazón del donante (27) y no tenía motivos para no creerlo. (26)
Al día siguiente de estas tres valoraciones, BMJ incorporó la opinión del médico británico Erlick AC Pereira. El galeno en la entrevista del 2004, citada anteriormente, decía que “Naki ayudó en la primera operación de trasplante de corazón del mundo” ;(25) ahora se atrevió a asegurar que esas palabras que precedieron a su artículo habían sido escritas por el equipo editorial y lo que él quería decir es que “Hamilton realizó gran parte de la investigación en animales que condujo al procedimiento primario de Christiaan”.(28)
Años después en el 2014, Michael Cotton y cols. (13) volvieron sobre el tema. Vale señalar que en el 2012 -en una carta al editor- Cotton(29) aceptaba la colaboración de Naki, sin embargo ahora se retractaba y planteaba que “Marius Barnard fue el cirujano que realmente cumplió esta tarea junto a Terry O'Donovan”.(13) En la lista de los que niegan la aportación de Naki se encuentran María Eugenia D’Ottavio Callegariy y coautores quienes también inicialmente en el año 2006 aceptaron la intervención de Naki(8) y ocho años después la negaron.(9) Su negación se basó exclusivamente en la publicación de Cotton y cols.(13) sin acudir a otras fuentes. Por su parte la Wikipedia, Enciclopedia libre, (12) señala el escrito de David M Dent (23) como una de las fuentes que no lo aceptan.
Como se evidencia hay incongruencias en las opiniones de los que niegan la cooperación de Naki, incluso algunos que lo aceptaron luego se retractaron, por lo que deben analizarse con cautela. Múltiples autores han reconocido la participación de Naki(1,2,5,6,8,10,11,14-21,24,25,27-31) y así lo consideran los autores de este artículo. Veamos el testimonio directo de Anwar Suleman Mall, uno de sus discípulos, el primer día que entró al quirófano del Hospital Groote Schuur: “Al entrar, un gran caballero africano que mira amablemente levantó la vista. ‘Sí, mi niño, ¿qué puedo hacer por ti?’ Él estaba claramente en medio de una operación, y por el otro lado de la mesa había un cirujano blanco. En mi ingenuidad y falta de sofisticación política, de forma automática llegué a la conclusión de que el hombre negro era el asistente y el hombre blanco el cirujano, hasta que le apartó la mano a este último y le dijo de una manera bastante autoritaria, ‘No hay que poner la pinza aquí’. Esa fue mi primera introducción con Hamilton Naki, un ser humano realmente notable”. (30)
Otros elementos que apuntan hacia la participación de Naki fueron las veces en que públicamente Barnard tuvo elogios para él. No creemos que con la personalidad histriónica de Cristiaan Barnard este se hubiera gastado en reconocimientos a Naki, si realmente no le agradeciera su contribución decisiva en el acto quirúrgico que lo catapultó a la fama. Sobre Naki expresó Barnard: "Tenía mayor pericia técnica de la que yo tuve nunca. Es uno de los mayores investigadores de todos los tiempos en el campo de los trasplantes, y habría llegado muy lejos si los condicionantes sociales se lo hubieran permitido”. (6,8,16-18)
La jubilación y las distinciones
Hamilton Naki nunca reclamó por las injusticias acumuladas durante su vida, era agradable en sus relaciones y siempre regalaba una sonrisa (ver figura 4). La jubilación y las distinciones le llegaron casi juntas, se jubiló en 1991, con una pensión de jardinero de 275 dólares mensuales, (5,8,12,17) quizás él no conocía que el sistema racial sudafricano estaba a punto de pasar a la historia.
Según Rosemary Hickman, Profesora asociada de Cirugía(31) y muy cercana a Naki, el jardinero estaba próximo a retirarse y fue a la oficina de pensiones, hubo consternación porque no había registros de su participación; a lo que él afirmó: “No se preocupe, sus oficinas no estaban aquí cuando empecé“.(31) Ya retirado, Naki arregló un autobús y lo convirtió en una clínica móvil;(12,19) igualmente, patrocinó una escuela en Eastern Cape con donaciones recibidas de médicos que él había entrenado.(8)
Fig. 4. Hamilton Naki con la sonrisa que siempre lo acompañó.
Fuente: Yong Tan S, Linskey K. Christiaan Barnard (1922–2001): First heart
transplant surgeon. Singapore Med J 2019;60(10):495-496.
Dos años después de jubilado, en 1993, el Parlamento sudafricano
aprobó una constitución en la que ponía fin a la política
segregacionista racial, y en 1994, Nelson Mandela se convirtió en el
primer presidente negro, cargo que ocupó hasta 1999, el mismo año
en que recibió el premio Nobel de la Paz. Creadas las condiciones que
permitían reconocer a los negros, en el año 2002 Naki obtuvo dos
importantes reconocimientos:(6,12,13,15,16) el Doctorado Honorario
en Medicina por la Universidad de Ciudad del Cabo y la Orden Nacional de Bronce
Mapungubwe, una de las mayores condecoraciones del país, instituida por
el gobierno de Nelson Mandela.(14)
En un acto emotivo, muchos de los médicos que Naki enseñó estuvieron presentes. Todos aplaudieron de pie, por primera vez y en público, al hombre al que la historia le debía el lugar que merecía, al jardinero de 75 años, al miserable bantú poseedor de una destreza quirúrgica inigualable que logró en absoluta clandestinidad lo que ningún otro médico había alcanzado antes.(15) Al año siguiente, el 21 de junio de 2003, el presidente del país Thabo Mbeki, le entregó el título honorario de Magister Scientarum en Cirugia,(5,13) que equivale al Doctor Honoris Causa.(23) Por coincidencias, Thabo que también fue víctima del apartheid, había nacido en Transkei, al igual que Naki.
En 2005, poco, antes de la muerte de Naki, el presidente Thabo Mbeki hizo su discurso presidencial ante el parlamento sudafricano y allí estaba, distinguido entre los guardas de honor, Hamilton Naki.(8) Falleció rodeado del cariño de sus hijos y nietos, el 29 de Mayo del 2005, por un infarto cardíaco, tenía 78 años. Después de su deceso, el gobierno sudafricano creó la beca “The Hamilton Naki Clinical Scholarship”, con la finalidad de formar médicos de todo el mundo en la investigación clínica de diferentes áreas de la Medicina. (32)
Como colofón destacamos lo expresado por Naki al otorgarle la Orden Mapungumbwe: "Ahora puedo alegrarme de que todo se sepa. Se ha encendido la luz y ya no hay oscuridad”, (14-16) Sirva este texto para mantener la luz y que la figura de Hamilton Naki continúe iluminada en el 15 aniversario de su desaparición física.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.-Santibañez Escobar F. Christiaan Neethling Barnard. Pionero del trasplante cardiaco. Arch. Cardiol. Méx. [Internet]. 2001 [citado 2020 agosto 21]; 71(4). Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-99402001000400001.
2.-Yong Tan S, Linskey K. Christiaan Barnard (1922–2001): First heart transplant surgeon. Singapore Med J. [Internet]. 2019 [citado 2020 agosto 11]; 60(10):495-496. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6875818/.
3.-Apartheid. En: ECURED, 2017. Enciclopedia cubana. Conocimiento con todos y para todos. [citado 2020 may 1].
4.-Apartheid. En: Wikipedia, 2016. Enciclopedia libre. [citado 2020 may 1].
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Recibido:
03/09/2020
Aprobado:
17/10/2020
Conflicto de intereses. Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Contribuciones de los autores
1.Conceptualización: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
2.Curación de datos: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
3.Análisis formal: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
4.Adquisición de fondos: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
5.Investigación: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
6.Metodología: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
7.Administración del Proyecto: Ricardo Hodelín Tablada.
8.Recursos: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
9.Software: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña.
10.Supervisión: Ricardo Hodelín Tablada, Damaris Fuentes Pelier.
11.Validación: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
12.Visualización: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
13.Redacción borrador original: Ricardo Hodelín Tablada.
14.Redacción, revisión y edición: Ricardo Hodelín Tablada, Rafael Domínguez Peña, Damaris Fuentes Pelier.
Financiación. Solo el salario devengado por los autores.
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