Aproximación histórica a los presidentes de la Academia de Ciencias en Cuba

Introducción

Nada más justo que, al cumplirse los 160 años de la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, se reconozca la importante labor de los miembros notables de las Academias de Ciencias en Cuba y, en particular, los que desempeñaron la responsabilidad de presidente en los diferentes períodos por los que ha transitado la corporación. El presente trabajo tiene el propósito de destacar el quehacer científico de los académicos que asumieron la importante responsabilidad de dirigir la institución, mantener su prestigio y servir con su accionar al desarrollo del país. Se resalta su consagración al trabajo científico, ejemplo para la comunidad científica y sobre todo para la joven generación, que ha asumido la ciencia como su futuro y el de su país.

Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana: 1861-1899

La constitución de una sociedad científica en La Habana, bajo el título de Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (RACMFN-H) el 19 de mayo de 1861, fue el fruto de un grupo de hombres dedicados a la ciencia, que mostraba interés por trabajar unidos, por discutir los resultados científicos y asesorar al gobierno en temas de su competencia, así como por promover la divulgación del conocimiento científico.

Fue el joven médico Nicolás José Gutiérrez quien encabezó estas acciones en 1826, aunque hubo que esperar 35 años porque fueran aprobadas. Además de fundador, Gutiérrez ejerció el cargo de presidente y logró que esa primera sociedad fundada en Cuba tuviera una fructífera vida académica y se convirtiera en la más importante de las sociedades científicas del siglo xix en la isla. Esa institución, gestada en un medio colonial y esclavista, fue la primera de su tipo en América y logró nuclear entre sus miembros a distinguidas personalidades de la ciencia en la Isla.

En esta asociación sobresalió el denominado “grupo rector”, por la perseverante labor en el cumplimiento de la vida interna de la corporación y de los principales objetivos que se había propuesto la institución, entre los que se encontraba la divulgación de los resultados en las diferentes ramas de la ciencia a través de los Anales, revista científica y órgano oficial de publicación de la Academia.

A pesar del difícil escenario sociopolítico que reinaba en la isla, la institución mantuvo su condición de continuar en sus funciones científicas, aunque sin estar ajena la situación, acorde con la heterogénea integración política de sus miembros, y, aunque pocos fueron los que se involucraron al movimiento independentista, no dejó de ser mirada con recelo por parte de las autoridades coloniales. Diversos fueron los temas estudiados y debatidos, aunque predominaron los médicos, entre otros, los relacionados con enfermedades como la viruela, el cólera y la fiebre amarilla, así como estudios sobre aguas, higiene, medicamentos y medicina legal, que constituyó una prioridad para la corporación.

Durante la última década del siglo xix la institución se vio inmersa en una crisis institucional, causada por factores internos y la compleja situación política que conllevó a la lucha independentista en la Isla. Esto se evidenció en la elección en un corto período de nueve años, de cuatro presidentes, quienes vieron sus funciones condicionadas por la inestabilidad y las diferencias en las posiciones políticas de sus miembros. No obstante, la Academia logró resguardar su obra, así como la reorientación de la corporación en el cambio de siglo.1),(2

Época colonial: 1861-1899

Presidentes: Nicolás José Gutiérrez (1861-1890), Jorge Federico Horstman Cantos (1891, 1893-1894), Joaquín Lastres Juiz (1892-1893), Antonio de Gordon Acosta (1895-1897) y Juan Santos Fernández (1897-1899).

Nicolás José Gutiérrez (1800-1890). Médico, cirujano. Obtuvo el título de doctor en la Universidad de La Habana en 1827, y en ese mismo año fue director anatómico del Hospital Militar de La Habana. Fue secretario de la Sección de Educación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana desde 1828 hasta 1829, así como catedrático de Anatomía General de la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana entre 1830 y 1836.

Nicolás José Gutiérrez (1861-1899).

En 1831 Nicolás José Gutiérrez fue nombrado profesor de Anatomía Descriptiva en el Hospital Militar. Introdujo en Cuba del estetoscopio y un gran número de técnicas operatorias. Fue fundador del Repertorio Médico Habanero (1840-1843) primera revista cubana de medicina. Desde 1823 se propuso crear una Sociedad Médica en La Habana, pero ya en 1826 este anhelo se había convertido en el de fundar una academia de ciencias. Su persistencia se vio coronada el 19 de mayo de 1861 con la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (RACMFN-H).

Gutiérrez fue miembro fundador y primer presidente de la RACMFN-H, cargo que desempeñó durante 30 años. En 1863 fue elegido Miembro de Mérito de la Real Academia y, entre 1879 y 1880, rector de la Universidad de La Habana. Se distinguió por la defensa de los principios y valores que debían inspirar a la profesión médica. Fue miembro de varias instituciones nacionales y extranjeras, entre ellas la Accademia dei Lincei (Roma), la Academia de Ciencias de Nueva Orleans y la Academia de Cirugía de Madrid. En 1887 fue nombrado vicepresidente del Congreso Médico Internacional, celebrado en Washington, Estados Unidos de América.3),(4

Jorge Federico Horstman Cantos (1832-1901). Médico, oftalmólogo. En 1867 fue nombrado miembro numerario de la RACMFN-H y en diciembre del propio año elegido para integrar la Sección de Medicina. Se desempeñó como profesor de la Universidad de La Habana en 1882, en diversas cátedras, tales como Anatomía General y Descriptiva, Clínica y Obstetricia, Anatomía Quirúrgica, Patología Médica, Elementos de Histología Normal, Disección y Oftalmología.

Federico Horstman Cantos (1891, 1893-1894).

El 10 de mayo de 1885 ocupó el cargo de vicepresidente de la Real Academia, hasta 1887, y el 10 de mayo de 1891 fue elegido presidente. Tuvo que enfrentar conflictos internos entre los miembros de la corporación, provocados por intereses sociopolíticos de un grupo de académicos, lo cual fue reflejo del complejo escenario político y social que se vivió en Cuba durante la década de los 90 del siglo xix, además de la compleja situación económica que atravesaba la institución. Debido a estas pugnas, Horstman renuncia el 10 de enero de 1892. Fue elegido nuevamente como presidente el 23 de abril de 1893, y no confrontó grandes dificultades durante este mandato.1),(5

Joaquín Lastres Juiz (1835-1912). Químico y farmacéutico, miembro fundador de la RACMFN-H. Ejerció importantes funciones administrativas en diferentes secciones de la corporación y formó parte de las comisiones de Aguas Minerales y Patología. El 20 de mayo de 1873 fue elegido presidente de la Sección de Farmacia. En 1883 se desempeñó como vicepresidente de la Academia, función que cumplió hasta el año 1885. El 1 de febrero de 1892 fue elegido presidente de la Real Academia, y se esforzó por superar la crisis que la caracterizaba. Logró restablecer la subvención económica que el gobierno colonial le había suspendido a la institución.

Joaquín Lastres Juiz (1892-1893).

La revista Anales, órgano de publicación de la institución, sufrió afectaciones en su tirada, así como también se mostraron signos negativos en la asistencia a las sesiones de la Academia y se produjo la renuncia de algunos miembros. Lastres se caracterizó por reforzar las relaciones con las sociedades científicas fundadas en esos años, en favor del fortalecimiento de la ciencias médicas y farmacéuticas fundamentalmente, lo que se evidencia en la afiliación de numerosos académicos en otras las sociedades científicas, entre los que se encontraban Juan Santos Fernández, Carlos J. Finlay y Federico Horstmann, así como en los estudios conjuntos realizados, como fue el caso de los realizados con la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana.1),(6

Antonio de Gordon Acosta (1870-1922). Médico, fisiólogo. En 1872, por su labor docente e investigativa, fue elegido miembro numerario de la RACMFN-H. Asumió la presidencia de la Real Academia el 20 de abril de 1895. En su haber científico contaba con excelentes méritos como miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y como fundador de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana. En medio del período en el que estalló la guerra de Independencia de 1895 mostraba una actitud conservadora.

Antonio de Gordon Acosta (1895-1897)

Desde la junta directiva, Gordon también intentó evitar la intervención del Gobierno en los asuntos de la institución en relación con cuestiones políticas, ya que su principal objetivo era mantener las prerrogativas alcanzadas del Gobierno general de la Isla y revitalizar la actividad científica de la corporación. Se ocupó de la depuración de los miembros académicos que no acudían regularmente. Las causas de las bajas fueron diversas e iban desde cuestiones políticas y migratorias hasta problemas económicos.

En los años en que Antonio de Gordon y Acosta presidió la Real Academia, las tareas y funciones científicas que se realizaron se desenvolvieron bajo un puro formalismo y no fueron digno reflejo del desarrollo científico que se había logrado impulsar. Durante su gestión predominaron las consultas médico-legales. Su labor presidencial se adscribió a un fuerte integrismo y se expresó en un fuerte interés por que la Corporación estuviera representada en la Cámara Alta del Congreso de la metrópoli.1),(7

Juan Santos Fernández y Hernández (1847-1922). Médico, oftalmólogo. Se graduó de médico en 1872 en el Colegio de Medicina de San Carlos de Madrid, y luego pasó a entrenarse como cirujano oftalmólogo en París, hasta 1875. Ese mismo año fue elegido miembro corresponsal de la RACMFN-H y en diciembre, al regresar a Cuba, pasó a ser miembro numerario. Fue nombrado miembro de mérito en 1897 y presidente en 1897. Le correspondió devolver al saliente gobernador hispano las insignias españolas (bandera y escudo), que hasta entonces habían presidido la sala de reuniones de la Academia.

Juan Santos Fernández y Hernández (1897-1899, 1901-1922).

Juan Santos Fernández y Hernández fue miembro de honor de un buen número de sociedades oftalmológicas extranjeras. En 1875 fundó la revista Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana, que llegó alcanzar prestigio internacional. Propició la fundación de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba en 1877. En 1887 creó el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana, el cual se convirtió en el primer laboratorio de su condición fundado en América, para lo cual comisionó Santos a tres médicos cubanos: Diego Tamayo, Francisco I. Vildósola y Pedro Albarrán. En esta institución se obtuvieron por primera vez en Cuba el suero antirrábico y el suero antidiftérico.

Durante su mandato se retomaron algunos estudios científicos para intentar mejorar las condiciones de higiene pública de la capital colonial. Entre 1898 y 1899, la junta de gobierno desarrolló sus últimas funciones administrativas, y el 9 de enero de 1899, Santos Fernández propuso que se iniciaran las modificaciones necesarias en el reglamento académico, debido al cese de la dominación colonial española. Se procedió a la eliminación del término de Real en el título de la Academia y de forma sucesiva se impulsaron otras modificaciones en su reglamento. La gestión gubernativa de Juan Santos Fernández estuvo caracterizada por el propósito de posibilitar una transición lo menos traumática posible hacia una nueva Academia de Ciencias.3),(1),(8

Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana: 1902-1959

El 1 de enero de 189, finalizó la dominación de España sobre Cuba, después de la intervención de los Estados Unidos, en 1898, en la guerra de Independencia que se libraba contra el dominio colonial desde 1895. De esta manera se da inicio al período republicano, en el cual Estados Unidos de Norteamérica impuso en la Constitución de la nueva república la llamada “Enmienda Platt”, apéndice que convertía a Cuba en un protectorado de la unión norteamericana, con un alto grado de dependencia comercial, financiera y política.

La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (ACMFN-H) continuó sus labores y se centró en el enorme atraso sanitario que enfrentaba el país al salir del estado colonial. Aunque el gobierno interventor se ocupó de estos asuntos por cuestión de necesidad, para poder gobernar y continuar sus inversiones en la Isla, la Academia tenía bien clara la importancia de revertir la situación higiénica, dada la trascendencia de la ciencia para el destino futuro del país y para la consolidación de la independencia. En esta dirección, la Academia prestó servicios al Gobierno, aceptando así el modernismo sanitario con los sólidos fundamentos de Pasteur.

Entre los acontecimientos científicos que tuvieron lugar en este periodo se encuentra la victoria lograda por el académico de mérito Dr. Carlos J. Finlay Barres en su lucha contra la fiebre amarilla, demostrando el valor de la ciencia en el proceso de nacimiento de la república. La Academia también se ocupó de otros temas que contribuyeron en gran medida a la difusión de los conocimientos por medio de la extensión universitaria. Se proyectó hacia diversos problemas sociales, como los derechos de las mujeres (enfermeras y maestras), el alcoholismo, el tabaquismo, las enfermedades venéreas, la prostitución, los suicidios y el aborto. Introdujo reformas novedosas en sesiones científicas, como fue el caso de los simposios temáticos, y en la publicación de los Anales. Reforzó las relaciones nacionales e internacionales con personalidades e instituciones científicas.9

República: 1901-1959

Presidentes: Juan Santos Fernández y Hernández (1901-1922), José Antonio Presno Bastiony (1922-1929 y 1933-1953), Francisco María Fernández y Hernández (1929-1933) y Clemente Inclán (1953-1961).

Juan Santos Fernández y Hernández (1847-1922). Continuó ejerciendo su labor como presidente de la corporación. Concedió importancia a los problemas sanitarios, insistiendo también en la trascendencia de la ciencia para el destino futuro del país y la sólida labor de los científicos cubanos, iniciada en la Academia por dos de sus miembros más esclarecidos, los doctores Carlos J. Finlay y Claudio Delgado. Santos ofreció todo su apoyo a la publicación de Anales, aunque durante algunos años la revista se vio afectada por la situación económica de la institución.

Santos requirió del apoyo del Gobierno para acometer las principales transformaciones y restauraciones de la Academia, incluso en su sede, mientras ya desde la administración de Wood, necesitó del apoyo de los científicos que allí se reunían para llevar a cabo la obra de mejoramiento de la lamentable sanidad del país, que le resultaba imprescindible a sus fines. Se preocupó por extender los límites de su acción a otros horizontes, como fue la Universidad, cuya extensión consideró imprescindible, por lo que abrió las puertas de la Academia a los profesores universitarios para su participación en sesiones científicas. Asimismo, durante su gobierno fue aprobado un nuevo reglamento de la Academia, cuyas modificaciones expresan condiciones positivas para el funcionamiento de la corporación en cuanto al número de académicos, sesiones, comisiones y premios. Santos se caracterizó por la colaboración con otras instituciones científicas y culturales, a las que ofreció los salones de la Academia para realización de eventos científicos.9

José Antonio Presno y Bastiony (1876-1953). Médico, cirujano. En 1896, fundó la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana, la que en sus más de 60 volúmenes evidenció la labor educativa y las dotes de publicista de su promotor. Desde el propio año de su graduación ocupó diferentes responsabilidades, entre las que se encuentran la de ayudante facultativo de Anatomía Quirúrgica y Operaciones, catedrático auxiliar supernumerario, catedrático auxiliar de Anatomía y jefe de trabajos anatómicos. Realizó las primeras prácticas sobre raquianestesia en Cuba y ejecutó diversas prácticas quirúrgicas novedosas para la época.

En 1902 Presno obtuvo el nombramiento de cirujano del Hospital Número 1, actual Calixto García. En ese propio año ingresó en la ACMFN-H como académico de número. En 1903 fue director de la Quinta Covadonga y en 1919, cirujano director de la clínica La Milagrosa. En 1920 alcanzó la plaza de Profesor Titular de Anatomía Topográfica y Operaciones. Al escindirse la cátedra por la reforma universitaria, acudió de nuevo a la clínica terapéutica quirúrgica.

José Antonio Presno (1922-1933 y 1933-1953).

Presno organizó una sala de cirugía experimental en el Hospital Calixto García. Perteneció a diversas asociaciones médicas nacionales y extranjeras. En la Academia desempeñó el cargo de vicepresidente de 1917 a 1922, fue nombrado académico de mérito en 1926, y presidente para los periodos de 1922 a 1929 y de 1933 a 1953. Además, fue ministro de Salubridad en dos ocasiones, rector de la Universidad y profesor emérito, miembro correspondiente de diversas instituciones extranjeras, fundador y director de la Sociedad Nacional de Cirugía en 1929. Fue distinguido con las más altas condecoraciones de Cuba y el extranjero.3

Francisco María Fernández y Hernández (1886-1937). Médico, oftalmólogo, sobrino de Santos Fernández. Ingresó en la Academia el 5 de abril de 1922 con un trabajo sobre higiene ocular. En 1928 le fue ofrecido un homenaje con motivo de haber sido honrado con la Gran Cruz Isabel la Católica. Desarrolló importantes estudios sobre su especialidad, que fueron publicados en los Anales, en los cuales reconocía la existencia de una relación de riesgo con factores como el tabaco y el alcohol y algunas de las afectaciones de la vista que había podido observar en sus pacientes.

Fernández (1929-1933).

Fue elegido presidente de la Academia en 1929. Durante su mandato puso todo su empeño en que fuera más intensa la vida académica y científica de la institución, y creció la relación con instituciones homólogas y otras sociedades tanto de Cuba como del extranjero. Los informes médico-legales continuaron siendo su prioridad. Fernández y Hernández fue nombrado director de la Sesión de Farmacia en 1934 al fallecer del Dr. José A. Simpson, y continuó la línea de este sobre la importancia de los estudios sanitarios. En 1935 fue vicepresidente de la corporación.9),(10

Clemente Inclán y Costa (1879-1965). Médico, pediatra. Graduado por la Universidad de La Habana en 1904, desarrolló una destacada carrera como médico y profesor de Patología Experimental, disciplina de la que llegó a ser profesor titular. Fue elegido académico de número el 1 de febrero de 1924, y su discurso de ingreso se tituló “Importancia del diagnóstico del vómito habitual del niño”. En 1928 creó la Sociedad Cubana de Pediatría, de la que fue designado socio de honor. Sus principales producciones versaron sobre patología médica infantil y bacteriología. En 1930 fue elegido rector de la Universidad de La Habana, pero luego renunció a este cargo por los crímenes y la represión del gobierno de Gerardo Machado.

Clemente Inclán (1953-1961).

En 1931, Inclán fundó la revista Archivos de Medicina Infantil, que se publicó hasta 1960, y organizó el servicio de pediatría del Hospital Calixto García. También dirigió la revista Archivos de Medicina Interna. En 1944 fue reelegido rector de la Universidad de La Habana, cargo que mantuvo hasta 1959, cuando fue nombrado rector magnífico. Incorporó en la Academia la modalidad de los simposios por temáticas y abrió las puertas de la corporación a otras instituciones para su participación con trabajos en sesiones científicas. Ejerció desde 1935 hasta 1944 como vicepresidente. En 1953 fue elegido presidente de la Academia, donde se mantuvo hasta que esta fue reorganizada en 1962. Legó a la posteridad más de 56 publicaciones científicas y docentes.9

Academia de Ciencias de Cuba: 1962-2017

En los siguientes años, al triunfo revolucionario de 1959, las cuestiones relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico en Cuba han estado bajo la orientación de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC). La ACC fue la primera institución científica multidisciplinaria creada por la Revolución en febrero de 1962a y su principal misión ha estado dirigida a los procesos organizacionales en la esfera de las ciencias a nivel nacional, con el propósito de poner el conocimiento científico en función de los objetivos del desarrollo social.

En la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, subordinada al Consejo de Ministros, estarían representadas las diversas ramas de la ciencia, tanto naturales como sociales, y por su función fue identificaba como organismo rector de la ciencia y la técnica. Sus funciones se concretaban de manera muy específica en la dirección, coordinación, estimulación y orientación de los estudios e investigaciones y demás actividades científicas no docentes en todas las ramas de las ciencias naturales y sociales, en la planificación de las investigaciones científicas de acuerdo con la Junta Central de Planificación, y en servir como organismo consultante de la Junta en todo lo que concierne a la actividad científica y tecnológica. Llevó a cabo importantes acciones de coordinación nacional, por lo que fue solicitada la creación de la Comisión Coordinadora de Investigaciones Científicas, de cuyo funcionamiento quedaría encargada la Academia.

Asimismo, la ACC desarrolló una amplia labor científico-cultural y se propuso crear institutos y centros de investigación. Dedicó una atención especial al estudio de los recursos y fenómenos naturales del archipiélago, por lo que se estableció un conjunto de institutos en esta esfera, entre los que se encontraban el de Geografía, de Suelos, de Geología y Paleontología, de Meteorología, de Geofísica y Astronomía, de Oceanología y de Investigaciones de la Caña de Azúcar e Investigaciones Tropicales. Todos forman parte de un amplio programa que tenía como premisa fundamental la formación del potencial científico y la proyección investigativa hacia las diferentes líneas que recababa la sociedad. Las ciencias sociales, por su parte, también adquieren una especial sensibilidad. Un ejemplo es la integración del Instituto de Etnología y Folklore, así como la creación de los institutos de Historia y de Literatura y Lingüística.

En 1976, en virtud de la ley que establecía la creación de los consejos técnicos asesores en los organismos de la Administración Central del Estado, la Academia solicitó que, dadas las características de este organismo, el consejo técnico asesor se denominara Consejo Científico Superior, lo cual fue aprobado y quedó instituido el 6 de febrero de 1978. b Este Consejo contó con las secciones de Ciencias Agrícolas, Ciencias Biológicas, Químicas, Ciencias de la Tierra, Ciencias Físico-Técnicas, Matemáticas y Ciencias Sociales. Además, contó con una membresía de 79 titulares, con una renovación prevista cada dos años, que podría abarcar hasta la mitad de los miembros del Consejo.

Desde enero de 1980, cuando según lo dispuesto en el Decreto-Ley 31 se extingue el Comité Estatal de Ciencia y Técnica, hasta junio de 1994, fecha en que fue creado el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), la Academia fungió simultáneamente como organismo rector de ciencia y tecnología a nivel nacional y como institución ejecutora ella misma de investigaciones científicas y de servicios de alto contenido científico. El Consejo continuó su trabajo como órgano colectivo hasta el surgimiento de la Academia en 1996. Entre los principales temas que hubo de analizar se pueden citar las propuestas de Problemas Principales Estatales para los quinquenios 1981-1985 y 1986-1990, así como la proyección 2000 de la formación de cuadros con grado científico y la proyección del desarrollo de las ciencias básicas. Se organizaron en este tiempo, anualmente, los Foros Científicos de la Academia para la presentación y discusión de resultados científicos nacionales, con la adjudicación de los premios correspondientes a los mejores trabajos.

A partir de 1996, la ACC se constituye como una institución oficial del Estado cubano, de carácter nacional, independiente y consultiva en materia de ciencia: Consejo de Estado (1996), Decreto-Ley 163 de 3 de abril, de organización de la Academia de Ciencias de Cuba como institución independiente adscrita al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.11),(12

En este documento se precisa que, entre los principales objetivos de la institución, está el contribuir al desarrollo de la ciencia cubana y la divulgación de los avances científicos nacionales y universales, prestigiar la investigación científica de excelencia en el país, elevar la ética profesional y la valoración social de la ciencia, así como estrechar los vínculos de los científicos y sus organizaciones entre sí con la sociedad y el resto del mundo.

En consecuencia con lo dispuesto en ese documento, la Academia ha desarrollado hasta nuestros días un trabajo meritorio, que ha sido posible gracias al desempeño de sus miembros y a su accionar científico en los frentes más necesarios al país. Ha contribuido a la formulación de políticas de ciencia, tecnología e innovación y perfeccionado su actividad consultiva y asesora. Ha logrado un trabajo sistemático encaminado a estimular y fomentar la cultura para el trabajo interdisciplinario la colaboración y la integración de los diferentes actores de la sociedad. El reconocimiento a los resultados de excelencia través de los premios Academia no solo ha elevado el prestigio de la institución, sino que ha sido una vía importante para dar resultados a problemas cruciales de la sociedad. La extensión a otras provincias por medio de las Filiales ha permitido un trabajo de carácter nacional. La incorporación de jóvenes académicos a la institución y la divulgación de los resultados mediante la revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba ha sido otros de los logros alcanzados.13

Revolución: 1962-2017

Presidentes: Antonio Núñez Jiménez (1962-1972), Zoilo Marinello Vidaurreta (1972-1976), Wilfredo Torres Iribar (1976-1985), Rosa Elena Simeón (1985-2004) e Ismael José Clark Arxer (1996-2017).

Antonio Núñez Jiménez (1923-1998). Geógrafo, profesor de la Universidad Central de las Villas, principal exponente de la espeleología científica en Cuba. El 20 de febrero de 1962 fue creada la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, de la cual el Dr. Antonio Núñez Jiménez fue designado como presidente. Durante los 10 años que estuvo al frente se dedicó a la preparación y adiestramiento de jóvenes investigadores cubanos, para lo cual fomentó la colaboración con las academias de ciencias de los países socialistas.

Antonio Núñez Jiménez (1962-1972)

Al terminar su mandato de 10 años en la Academia, quedaron instituidos 33 centros de investigación, 4 museos, 5 reserva naturales, 2 jardines botánicos, 2 delegaciones, así como planetarios y estaciones sismológicas, que conforman hoy en día el sistema de entidades científicas de Cuba. También fue el autor principal del Mapa carsológico de Cuba, realizado entre las Academias de Ciencia de Cuba y Checoslovaquia. Dirigió la realización del Atlas Nacional de Cuba, en colaboración con la Unión Soviética, por lo cual recibió el Premio Estatal Lenin, y fue autor en dicho proyecto de los Mapas carsológicos de Cuba y de Regiones naturales de Cuba, los cuales, al momento de su publicación, formaron parte del nuevo Atlas nacional de Cuba.

En 1964 creó el departamento de Meteorología de la Academia de Ciencias de Cuba, y en 1965 inauguró el Instituto de Meteorología. El servicio meteorológico cubano fue dotado de 60 nuevas estaciones meteorológicas de superficie y escuelas. Núñez Jiménez participó en numerosas expediciones científicas y realizó importantes investigaciones geográficas, espeleológicas y arqueológicas. También fue embajador de Cuba en Perú, donde desarrolló un proyecto sobre estadísticas de 72 localidades con petroglifos. Un ejemplo de ese espíritu de eterno explorador fue el haber organizado y encabezado la expedición “En canoa del Amazonas al Caribe”, de 1987 a 1988, en la que él y sus compañeros recorrieron 20 países a través de los ríos Napo, Amazonas, Negro, Orinoco y luego por el mar de las Antillas.14

Zoilo Marinello Vidaurreta (1919-1990). Médico, oncólogo. En 1961, fue nombrado director del Hospital del Cáncer “Curie” y logró organizar ya en 1966 el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR). En diciembre de 1972 ocupó la presidencia de la Academia de Ciencias de Cuba y dirigió todos sus esfuerzos a desarrollar todos los institutos que formaban parte de ella y a hacer que en ellos se llevaran a cabo investigaciones de verdadera utilidad nacional. Se va a tratar, entre otros esfuerzos, que la investigación fundamental y la biología experimental adquieran un perfil más visible en las actividades del organismo, en fin, se trataba de pasar a una nueva etapa del trabajo de la institución.

En 1981, en reconocimiento a su obra científica y a sus aportes a la oncología cubana, se le concedió la categoría de Investigador Titular y de Doctor en Ciencias Médicas. Marinello recibió la Orden Carlos J. Finlay, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba a partir de 1981: en el primer grupo de quienes la merecieron estuvo el profesor Zoilo Marinello Vidaurreta. Fue representante permanente de Cuba del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) y miembro del Presidium del Comité Internacional del Premio Lenin por la Paz.

Zoilo Marinello Vidaurreta (1972-1976).

Junto a su labor en el campo de la investigación, se encuentra una destacada producción bibliográfica, donde se encuentra el Boletín Científico de la Liga Contra el Cáncer, en el cual vieron la luz sus primeros trabajos, hasta la Revista Cubana de Oncología, fundada por él en 1985, que dirigió hasta su fallecimiento. Los números de esta revista guardan sus últimas producciones. En 1998, post mortem, fue elegido académico de mérito.16

Wilfredo Torres Iribar (1933- ). Médico, hematólogo, actual profesor consultante del Hospital Clí nico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Doctor en Ciencias Médicas (1960), Especialista de II Grado en Laboratorio Clínico (1976), Doctor en Ciencias (1978), Investigador Titular, Profesor Titular, Investigador de Mérito, jefe del Grupo Nacional de Laboratorios Clínicos del Ministerio de Salud Pública de Cuba. Fue académico correspondiente de las Academias de Ciencias de Checoslovaquia, Hungría, Nueva York y la Unión Soviética. Fue miembro de la Sociedad Internacional de Hematologí a y de la Cell Research Organization, coordinador del Grupo de Laboratorio en Hematología para las Américas, y miembro del Consejo Técnico Asesor del Ministerio de Salud Pública.

Wilfredo Torres Iribar (1976-1985).

Torres Iribar dirigió el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC) desde sus inicios hasta 1976. Fue vicerrector de la Universidad de La Habana y presidió la comisión organizadora del Primer Fórum Científico de Estudiantes Universitarios. Dirigió la comisión que elaboró la Ley del Medio Ambiente y el Uso Racional de los Recursos Naturales. Durante su presidencia en la Academia de Ciencias de Cuba creó su órgano asesor con el nombre de Consejo Científico Superior (CCS), donde participaron científicos de unidades de ciencia y técnica de todo el país.

Fundó el Frente Biológico, que fue la génesis del desarrollo biotecnológico en Cuba, y presidió la Comisión Inter-Cosmos, que hizo posible el vuelo conjunto URSS-Cuba con el cosmonauta-científico Arnaldo Tamayo a bordo. Entre las distinciones recibidas está la Orden Frank País, la Orden Carlos J. Finlay, la Orden del Sol en el grado Comendador (Perú), la Medalla 250 Aniversario de la Universidad de La Habana, la Distinción Rafael María de Mendive y la Distinción Manuel Fajardo Rivero.14

Rosa Elena Simeón (1943-2004). Médico, viróloga. Comenzó su carrera como investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC), recién inaugurado en 1965, donde desarrolló la línea del estudio de los problemas relacionados con la absorción viral y la propagación de los virus. Realizó estancias e investigaciones conjuntas el Instituto Pasteur, la Escuela de Veterinaria D´Alfort y en la Estación Experimental de Virología en Aviñón, en Francia. En 1969 fue es nombrada Jefa del Departamento de Virología del CENIC y se le asigna la tarea de asesorar el Departamento de Virología Animal.

Rosa Elena Simeón (1985-2004)

Estuvo al frente de un grupo de trabajo para combatir las dos epidemias de fiebre porcina africana” (1971 y 1980). En 1975 se recibe de Doctora en Medicina Veterinaria y es nombrada directora del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA) y presidenta de su Consejo Científico. En 1985 es designada para ocupar el cargo de presidenta de la Academia de Ciencias de Cuba, donde recibió el reconocimiento de la comunidad científica cubana y demostró su capacidad organizacional de fundación de un sinnúmero de centros a lo largo y ancho de la isla, tarea en la que mostró sus valores y prestigio como mujer científica consagrada al servicio de la ciencia cubana. En 1988 fue elegida Heroína Nacional del Trabajo, distinción que otorga el Estado cubano por el esfuerzo y los resultados en diferentes campos, incluida la ciencia.

En 1990, Rosa Elena Simeón recibió la Orden Carlos J. Finlay, y en 1994, cuando se funda el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, fue nombrada ministra. En 1995 fue elegida miembro del Comité consultor de la Naciones Unidas para la Ciencia y la Tecnología. En 1999 presidió la delegación cubana en la Conferencia Mundial de la Ciencia, organizada por la UNESCO en Budapest. En el 2002, demostró su reconocido liderazgo internacional en la Cumbre de Desarrollo Sostenible, realizada en Johannesburgo, Sudáfrica. Junto con otros “líderes verdes”, recibió en el 2004 el premio Campeones de la Tierra, que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) otorga anualmente a personas o grupos distinguidos en el campo del medioambiente.16

Ismael José Clark Arxer (1944-2018). Médico. En 1967, comenzó a trabajar en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), donde se mantuvo hasta 1973. En 1975 obtuvo su maestría en ciencias en la especialidad de Bioquímica. En 1976, se le designa director de Colaboración y Relaciones Internacionales del Comité Estatal de Ciencia y Técnica y, después, en la Academia de Ciencias de Cuba, asume las responsabilidades de secretario científico general (1977-1982), vicepresidente (1982-1993) y vicepresidente primero (1992-1995). A partir de entonces (1995-1996) es nombrado viceministro primero del nuevo organismo de la administración central del Estado, el CITMA.

Ismael Clark Arxer (1996-2017).

En abril de 1996 se designa a Clark para presidir la Academia e implementar el contenido del Decreto-Ley 163. Clark dedicó atención a forjar el vínculo con los centros auspiciadores de la Institución, con los jóvenes asociados, y a perfeccionar los procesos para la selección de los premios anuales a la excelencia científica en el país. Desde 1976 y durante varios años, participó activamente en la puesta en marcha de los convenios internacionales suscritos por Cuba en el sector científico, principalmente en el marco del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) y otras organizaciones. Asimismo, contribuyó con el movimiento de Fórums de Ciencia y Técnica. Clark fortaleció los vínculos de la Academia cubana con otras instituciones homólogas del mundo, principalmente de la región de Latinoamérica.

Le fue otorgada la Orden Carlos J. Finlay (2000), la Medalla 250 Aniversario de la Universidad de La Habana (1975) y las distinciones Rafael María de Mendive, Manuel (Piti) Fajardo y Juan Tomás Roig, entre otras.14

Epílogo

Desde la fundación de la Academia y hasta años recientes, la mayoría de sus presidentes han sido médicos, con excepción de Joaquín Lastres Juiz, tercer presidente del período colonial, que era Doctor en Farmacia, y del Dr. Antonio Núñez Jiménez, primer presidente de la Academia de Ciencias revolucionaria, lo que pone de manifiesto en cierta manera una tradición que ha mantenido la institución, marcada por su origen médico. A pesar de que todas las disciplinas científicas están representadas en cinco secciones, las ciencias médicas continúan siendo las mayoritarias en número dentro del cuerpo académico.

Durante la Republica, los presidentes reforzaron los vínculos con la Universidad, a través del proyecto de extensión universitaria e introdujeron reformas en las secciones científicas, como fue el caso de los simposios por especialidades temáticas, que permitió la profundización en diversos contenidos y la participación de los profesores en las sesiones científicas de la Academia.

La nueva Academia, establecida en 1962, constituyó la continuidad histórica de la fundada el 19 de mayo de 1961, pero a su vez la revolución de la ciencia y la técnica en un nuevo contexto social, donde el futuro (como expresó Fidel( pertenece a los hombres de ciencia. Como es evidente, tanto las condiciones profesionales como humanas de estas notables personalidades han permitido en cada período el cumplimiento de la misión que le ha correspondido a la institución y su compromiso con la sociedad.

Con 160 años de historia, hoy la Academia de Ciencias de Cuba, con más de 400 miembros, es fiel representante de la comunidad científica cubana, y perfecciona y fortalece su principal función de ser una organización asesora y consultiva en materia de ciencia y tecnología para el Estado cubano.

Notas al pie:
  • 1

    Consejo de Ministros (1962), Ley 1011: crea la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba (Gaceta Oficial, LX, 22 de febrero de 1962).

  • 2

    b La Ley 1323 de 7 de diciembre de 1976 dispuso en su artículo 42 la creación del Consejo Técnico Asesor en los organismos de la Administración Central del Estado, como órgano de consulta para el estudio y elaboración de recomendaciones relacionadas con las actividades del organismo, pudiendo adoptar según la propia Ley otras denominaciones acordes con la naturaleza del organismo en cuestión.

Agradecimientos

  • Las autoras agradecen la indicación del actual presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, Dr. Cs. Luis Velázquez Pérez, para completar esta investigación. Al Lic. Javier Ortiz, Lic. Luis Enrique Guadalupe Ramos, al Dr. Emilio García Capote y a la Especialista Bárbara Jiménez Sanjurjo por los datos e información aportados.

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  • » Publicado : 01/08/2021


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