En su historia, la humanidad ha recurrido a medios de todo tipo para garantizar el traspaso de los conocimientos que el hombre ha adquirido en su quehacer cotidiano. Esta práctica tan antigua, que encuentra evidencia escrita en el papiro Ebers, redactado en Egipto cerca del año 1500 a. n. e., continúa en la era digital moderna, pues, aunque los soportes de comunicación cambian, el objetivo ha sido el mismo: comunicar los saberes a las diferentes generaciones y que estas puedan utilizarlos para generar nuevos conocimientos que contribuyan al desarrollo de la sociedad.

Entre los siglos xviii y xx surgió una potente industria internacional que gestionó las publicaciones científicas y también la comunicación entre científicos y académicos. La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana refleja esta necesidad en sus Estatutos fundacionales, aprobados el 6 de noviembre de 1860. En aquella etapa, el propósito de contar con una publicación propia fue documentar los principales hechos del trabajo de la Academia y divulgar los conocimientos científicos de interés. Así, la historia de Anales está unida a la historia de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. No es de extrañar que, desde 1864 hasta 1958, la revista funcionó como órgano de prensa de la Real Academia habanera, primero, y de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales, en tiempos de la República.

Anales se convirtió en un material de consulta obligado para los científicos de todos los tiempos, entre otras razones, porque contiene las históricas contribuciones que realizaron Felipe Poey, Nicolás José Gutiérrez, Carlos J. Finlay, Enrique José Varona, Arturo Aballí, José Antonio Presno Bastiony, Emilio Roig, Juan Marinello, Fernando Ortiz y otros muchos destacados hombres. Más tarde dejó un lamentable vacío, pues la revista dejó de publicarse hasta que, en mayo del 2011, reapareció en el contexto de la celebración del 150 aniversario de la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, ya en formato digital.

El entonces presidente de la Academia, Dr. Ismael Clark, inaugura esta etapa con un editorial donde declara que Anales “… aspira a erigirse, más allá de un necesario vocero institucional, en un digno vehículo de divulgación de las mejores realizaciones de la ciencia cubana”. Durante la etapa de 2011 a 2018, la edición de la revista corrió a cargo de los trabajadores del secretariado de la Academia y de académicos, e incluyó la publicación de los principales resultados de las investigaciones que más se destacaron por su contribución a la ciencia y al desarrollo socioeconómico del país, reconocidos con el Premio Nacional Anual de la Academia de Ciencias de Cuba, entre otras contribuciones de los científicos cubanos.

El nuevo ejercicio académico que inició en 2018 fijó una nueva etapa de trabajo para la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), muy relacionada con diversas acciones innovadoras y con el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19. El 11 de enero del 2019 quedó constituida la filial de la ACC en Villa Clara, a la que siguieron otras nuevas y la reapertura de filial de Santiago de Cuba. Se incrementó la membresía académica con la elección de nuevos académicos de honor en todo el país. Se creó la condición de científico asociado a la ACC, y con ello aumentó el número de investigadores y profesores que a través de las filiales se vinculan con la institución. Los premios anuales a los resultados científicos más relevantes han alcanzado durante esta etapa mayor notoriedad y alcance, y sus resultados forman parte de una investigación de la Academia sobre el grado en que son introducidos en los diferentes espacios de la sociedad cubana.

En este período, como órgano oficial de la ACC, Anales de la Academia de Ciencias de Cuba revoluciona su trabajo con un equipo editorial profesional, y se esfuerza por continuar aumentando la calidad de sus publicaciones, así como por difundir una ciencia de excelencia. Dando continuidad a su labor desde que fuera fundada en 1864, acompaña a la Academia de Ciencias de Cuba en su rol histórico contemporáneo.

Entre los principales logros que evidencian su crecimiento está el uso exclusivo de una plataforma de código abierto para la gestión editorial, el reajuste constante de las políticas editoriales para sincronizar a Anales con las tendencias más actuales de comunicación científica, el cuidado profesional de sus contenidos y una continua labor de visibilización y posicionamiento.

Mucho ha contribuido la incorporación activa de las filiales de la ACC al trabajo de evaluación y arbitraje especializado. Y, aunque hoy retoma la tradición de documentar la vida académica, Anales adopta las más recientes prácticas de ciencia abierta y de dinamización de la publicación al tiempo de las necesidades más actuales de la ciencia cubana y del mundo.

Ejemplo de ello es el número especial que en tiempo récord la revista puso a disposición de la comunidad científica cubana y mundial en el comienzo mismo de la pandemia de COVID-19. Entre los artículos de ese número y de toda la Anales actual se incluyen publicaciones sobre temas de actualización para toda la nación cubana, como las publicaciones del Dr. C. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República.

En el presente número se presenta a la comunidad de lectores dos contribuciones especiales. La primera, “Anales de Academia. Mirada en la tradición”, nos lleva por los propósitos y las políticas editoriales originales y se propone ilustrar algunas de las transformaciones de la publicación en las diferentes etapas en que ha evolucionado este proyecto editorial líder de la comunidad científica cubana. La segunda contribución, “Anales: historia y patrimonio”, hilvana palabras de científicos de la época para mostrar cómo fue la revista entre 1864 y 1958, exponiendo sus características, sus planes, ansiedades y resultados, en una periodización diferente que resalta la importancia patrimonial de los volúmenes de la revista que se preservan en la Academia de Ciencias de Cuba.

En síntesis, en su posicionamiento nacional y mundial, Anales avanza como revista multi- y transdisciplinaria, sombrilla integradora de ciencia abierta, de la ciencia cubana. Aloja las investigaciones de mayor excelencia que desarrollan los científicos cubanos, en colaboración con colegas extranjeros, para dar solución a problemas de ciencias biomédicas, naturales y exactas, ciencias técnicas, agrarias, ciencias sociales y humanísticas.

Anales significa una oportunidad en Cuba para que los científicos visibilicen sus resultados de investigación más relevantes, y se constituye en espacio de salvaguarda de la ciencia de esta compleja etapa, signada por el impacto de la COVID-19 y los logros que en Cuba se alcanzan ante el reto de enfrentar esta grave enfermedad. Llega a su 158 aniversario proponiéndose una etapa en el campo de la comunicación científica y la ciencia abierta, para mostrar al mundo el quehacer científico de la nación cubana. La meta es continuar superando retos, abrir espacios para la difusión de la ciencia e incluirse en las bases de datos internacionales de mayor circulación mundial.