La ciencia cubana componente del patrimonio cultural de la nación.
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Hace mucho tiempo que se está repitiendo hasta la saciedad que la inteligencia de los hijos de la Isla de Cuba es más a propósito para la poesía que para las demás ramas de la literatura aún menos para las ciencias. Los pocos hombres celebres que la Isla de Cuba ha producido en las demás ramas de los conocimientos humanos, son bastante conocidos y en número suficiente para asegurar que el día en que nuestra sociedad haya progresado como lo prometen su índole y brillante prospectos; el día en que los vigilios del sabio le den gloria, poder, riquezas, sobraran talentos que eclipsen los más ilustres de las pasadas eras y las bibliotecas del universo se llenaran de obras grandes y originales escritos (por los cubanos)
Nuestra intelectualidad no se extravió en el camino del conocimiento, usándolo como medio de afianzar su hegemonía o el poder de las elites minoritarias. En sus pensamientos y acciones compartieron la ética martiana de echar su suerte con los pobres de la tierra, poniendo su creación en función de la sociedad, lo que Martí sintetizó cuando afirmó “El talento no es más que la obligación de aplicarlo”... “El talento es respetable cuando es productivo”… “La inteligencia es el deber de ser útil a los demás... ”. La vida y obra de Martí fueron supremos exponentes de esas ideas.
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