Resumen
En Cuba, los inicios de la práctica arqueológica se ubican en 1847 con las incursiones del geógrafo español Miguel Rodríguez Ferrer (1815-1889). Sin embargo, a pesar de ser una actividad que ya tiene 169 años de quehacer, en la mayoría de los casos, se percibe como acción empírica validada por los descubrimientos, posee un deficiente reconocimiento como ciencia social y se concibe vinculada únicamente a lo aborigen, excluyendo su papel en otros contextos, en los procesos de restauración y revalorización del patrimonio cultural y en la génesis de la legislación patrimonial cubana. Tampoco su historia ha sido abordada en toda su dimensión y complejidad. Los estudios acerca de su devenir son pocos y fueron realizados desde la perspectiva internalista de la ciencia y con un enfoque netamente descriptivo. El objeto de estudio del presente trabajo es la historia de la arqueología cubana afrontado desde la perspectiva externalista de la ciencia entre 1847 y 1940, límite de naturaleza académica - se crean la Sociedad Espeleológica de Cuba y el grupo Guamá- y política: motivado por un ordenamiento jurídico institucional en relación con la protección del patrimonio cubano, refrendado en el articulado de la Constitución de 1940. La investigación está estructurada en cuatro capítulos a partir de la periodización propuesta.