Resumen
En los últimos años se ha anunciado una tendencia hacia una disminución discreta en la mortalidad por cáncer ajustada por edad en algunos países. No obstante, las tasas de mortalidad cruda continúan aumentando, debido al cambio demográfico hacia una población envejecida. Las moléculas pequeñas de blanco celular específico y los productos biológicos recientemente incorporados al arsenal terapéutico, no son solamente nuevos medicamentos, sino también son las herramientas de una transición más fundamental: la transformación del cáncer, de una enfermedad rápidamente fatal en una condición crónica. Los anticuerpos y vacunas terapéuticas pueden usarse durante mucho tiempo, incluso más allá de la progresión de la enfermedad, y en los pacientes viejos, normalmente no susceptibles de recibir los tratamientos convencionales más agresivos. Sin embargo, esta transición a la cronicidad requerirá de nuevas guías para el desarrollo adecuado de este tipo de drogas, para las cuales la dosis óptima no es la dosis máxima tolerada, la farmacocinética no define el esquema de tratamiento y la reducción del tumor no se correlaciona bien con la supervivencia. El programa de inmunoterapia de cáncer del Centro de Inmunología Molecular (incluyendo varios anticuerpos monoclonales y vacunas terapéuticas) puede ilustrar los problemas a resolver, a nivel biológico y social, a lo largo de la ruta para transformar el cáncer avanzado en una enfermedad crónica, no transmisible, compatible con años de calidad de vida.