Vol.5 No.1 2015

Tabla de contenidos

Editorial

Ismael Clark Arxer
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Angel G. Augier Calderín
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Estimación de la carga de enfermedad para enfermedades diarreicas agudas relacionadas al agua y saneamiento en Cuba. Aspectos conceptuales y metodológicos.Introducción: La carga de enfermedad (CdE), cuya unidad de medida son los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, o DALYs por sus siglas en inglés), es una herramienta utilizada para medir la mortalidad y la morbilidad, utilizadas a nivel internacional para evaluar intervenciones y tratamientos en salud pública,se define también como un indicador que permite medir las pérdidas de salud que para una población representan tanto las consecuencias mortales como las no mortales de las enfermedades.Su aplicación en el ámbito de la salud pública permite que quienes diseñan las políticas tomen decisiones informadas y que los países elijan soluciones sanitarias vitales que sean rentables. Importante para monitorear su comportamiento y evaluar el impacto de distintas acciones para prevenirla y tratar distintas enfermedades.Objetivo: Desarrollar los principales aspectos que conforman la metodología elaborada en el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM) para la estimación de la carga de enfermedad para las enfermedades diarreicas agudas, relacionadas al agua y saneamiento. Desarrollo:La metodología desarrollada enel estudio, se basa en las metodologías internacionales. Se ejecutóen un estudio con adecuaciones a las condiciones de Cuba. Se utilizaron datos nacionales, como el Censo de población y viviendas del 2012, de las Direcciones Nacionales del Ministerio de Salud Pública y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. Se incorporó la calidad del agua por las determinaciones de cloro residual y análisis microbiológico, así como un enfoque higiénico epidemiológico de los municipios en cada escenario. La utilidad de la metodología está basada en poder diseñar políticas de salud, elegir soluciones sanitarias rentables, monitorear, prevenir y tratar la enfermedad diarreica aguda en Cuba. Conclusiones:Se desarrolló una metodología para las condiciones de Cuba, para la estimación de la carga de enfermedad por enfermedades diarreicas agudas relacionadas al factor agua y saneamiento, en correspondencia con la experiencia internacional; aplicable, factible y práctica en el ámbito de la salud pública para facilitar la toma de decisiones. Palabras Claves:Carga de Enfermedad. AVISA, EDA, factores riesgo ambiental y salud
Manuel Romero Placeres, et al.
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Apuntes para una historia sobre la medicina alternativa en Cuba - IV. Remedios homeopáticos y nosodesEn 1866, la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se pronunció en contra de la doctrina homeopática.En el documento publicado, la Academia rechazó la homeopatía como contraria a la razón y a la experiencia estimando que…“[la Academia] no debe descender a la crítica de ningún trabajo que esté basado en los principios de dicha doctrina“. Sin embargo, la homeopatía reapareció oficialmente en Cuba en 1992, cuando el Ministerio de Salud Pública decidió incorporarla como terapia ‘natural o tradicional’, ignorando las evidencias contrarias que en ese momento ya existían en todo el mundo, incluyendo la de los propios académicos cubanos del siglo XIX. En 1993 se autorizó por primera vez a diez médicos del patio y a diez farmacéuticos la prescripción y venta de remedios homeopáticos; los productos homeopáticos se producían en los laboratorios Finlay, en La Habana. A pesar de la total ausencia de evidencias científicas, la gran cantidad de ensayos clínicos modernos que arrojan resultados negativos y la reciente condena de organizaciones políticas como el partido Izquierda Unida de España y la Cámara de los comunes en Reino Unido, aún hay quienes hoy favorecen estos procedimientos y se esfuerzan en promoverlos a costa del erario público. La homeopatía ha cobrado una numerosa cuota de muertes en diversos países; también en Cuba. La población nunca ha sido informada por la prensa oficial del rechazo general por los círculos académicos en todo el mundo, incluyendo los de nuestro país
Arnaldo González Arias
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Oscar Almazán del Olmo, et al.
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Historia de la Ciencia

La Academia de Ciencias de la Habana. Últimos años de su actividad institucional en la República. 1944-1959.Los últimos quince años de existencia de la Academia de Ciencias de La Habana en la República (1944-1959), evidencian la continuidad de una tradición científica, que se manifestó tanto en su estructura como en sus funciones. El centro de su actividad continuó siendo la medicina y la sanidad, aunque en menor medida también se contó con otras disciplinas como las ciencias físicas, naturales e ingenierías. En esta etapa se percibe la introducción de nuevos procedimientos en las sesiones científicas, como fueron los simposios, algunos de ellos sobre enfermedades que afectaban al país, como la poliomielitis. La vida científica de la Academia se reflejaba a través de su órgano de publicación, los Anales, que habían logrado estabilidad y revitalizaba el intercambio con otras instituciones. De igual manera la reconstrucción del edificio, la atención a los museos, la biblioteca, las condecoraciones como la Orden Finlay y los premios se ratificaron y reforzaron durante estos años. También se fortaleció la colaboración con profesionales, procedentes de otras instituciones, que permitió unas sólidas relaciones con instituciones nacionales, además de los estables lazos que logró con instituciones homólogas y científicas de Estados Unidos, Europa y América Latina, que propició el intercambio de académicos y por ende la visita de reconocidas figuras de la ciencia. La difícil situación que vivió la nación durante la década del cincuenta producto de la barbarie batistiana y el estallido revolucionario como respuesta, resintió la actividad de la Academia, lo que se denota en la disminución de sus sesiones, el número de académicos y el cese de la publicación de los Anales. Al triunfo de la Revolución la Academia saludó con satisfacción esta victoria, colaboró en algunas tareas y denunció los actos terroristas que se estaban realizando contra el gobierno y el pueblo por parte de la contrarrevolución.
Mercedes Valero González
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Emilio García Capote
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Fidel Castro Díaz-Balart
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Del Acontecer de la Ciencia y la Tecnología

Angel G. Augier Calderín
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La Ciencia en las relaciones de Cuba y los Estados UnidosEl pasado mes, por primera vez después de más de medio siglo de distanciamiento, los presidentes de Cuba y los Estados Unidos se sentaron a conversar en Panamá, en ocasión de la Cumbre de las Américas. Este paso verdaderamente simbólico del camino ya acordado hacia el restablecimiento de relaciones diplomáticas ha creado expectativas en círculos científicos. No obstante, esos impactos dependerán de cómo, tanto los decisores como los investigadores, decidan aprovechar esta largamente esperada oportunidad. De hecho, a pesar de diferencias políticas, los dos países comparten una historia de buen trabajo conjunto en las ciencias. Esas relaciones datan de la mitad del siglo XIX, cuando los fundadores de instituciones de investigación en ambas capitales (Felipe Poey en la Habana y Joseph Henry en Washington, DC.) comenzaron intercambios de cartas, literatura y ejemplares. Desde esos inicios surgieron muchas relaciones científicas seminales, el clímax de las cuales lo fue la cooperación entre el investigador cubano Carlos Finlay y el médico estadounidense Jesse Lazear. Su trabajo conjunto en 1900 confirmó las tempranas teorías de Finlay de 1881 sobre el mosquito como vector de la fiebre amarilla, y marcó el inicio del control de dicha enfermedad. De forma similar, apenas el pasado año, en respuesta a la epidemia de Ebola en el África Occidental, tanto Cuba como los Estados Unidos fueron convocados como los dos principales proveedores en un esfuerzo de la Organización Mundial de la Salud para contener la diseminación exponencial del inicio de la enfermedad. Una vez más ambos demostraron cuanto estas dos naciones pueden lograr trabajando lado a lado por el bien común.
Sergio J. Jorge Pastrana
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Peter Valdéz
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Carlos Sánchez Fernández
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Ismael Clark Arxer
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de los Editores
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Ysabel Reyes Ponce
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